María Menéndez nada a contracorriente en un mundo y un país –España– en el que cada vez es más complicado sacar adelante una familia numerosa. Sobre todo una como la suya, que es tan grande como un equipo de fútbol. Darle de comer a nueve hijos –y no digamos ya llevarles al colegio o a las actividades extraescolares– resulta toda una proeza en unos tiempos en los que tres de cada cuatro familias numerosas no llega a fin de mes.
Para María el día comienza a primera hora de la mañana, muy temprano, para poner en orden todas las tareas que se le acumulan en el día a día: organizar uniformes, desayunos, mochilas y llevarlos al colegio o la guardería. Nada de ello resulta sencillo, por lo que en ocasiones hay que esperar a alguna persona que ayude quedándose con los niños más pequeños o con el bebé en casa. “Las madres que trabajan en casa tienen todo ese tiempo para arreglar y limpiar la casa, la ropa, organizar la comida y la cena del día, incluso muchas tenemos que dejar preparada la comida del día siguiente. También hay que ocuparse de la compra, organizarse también la mañana por si surgen imprevistos de médicos, vacunas, revisiones o papeleos administrativos”, señala María.
Deberes
En esta gymkana diaria hay que tener en cuenta que los padres que trabajan fuera de casa se van a su trabajo y cuando terminan tienen que hacer todo lo anterior, muchas veces con los niños del colegio, ya que antes no han podido. En algunas familias los niños van a comer a casa mientras que para otras resulta un alivio que lo hagan en el colegio, que así ganan tiempo.
Más tarde cuando cae la tarde las cosas no son más fáciles: los niños acaban el colegio y eso supone que hagan muchas otras cosas: deberes, clases extraescolares, deportes, catequesis… Al final de la tarde, con todos en casa, llegan los baños, la cena y, si todavía hay tiempo, hablar un ratito con cada uno de ellos. Y a la hora de acostarse a los padres todavía les queda un rato más de trabajo y de intentar dejar organizado lo más posible para el día siguiente. “Hay muchos dias que las necesidades de atención son masivas”, asegura María.
¿Y cómo es posible hacer todo eso? Desde luego, sin ninguna ayuda –al margen de las asistentas que echan una mano en la casa, eso sí, quien se lo pueda permitir– sería imposible sacar adelante una familia numerosa. Tradicionalmente el Estado ha ofrecido ayudas –antiguamente iba más allá con los célebres premios de natalidad– a aquellos hogares con más de tres hijos. Sin embargo, las cosas hoy no son más fáciles desde la llegada de la crisis.
Un coche nuevo
Por ejemplo, con los recibos de la luz, que antes estaban incluidos en el bono social hasta que se puso en marcha la última reforma energética. Las cosas tampoco son fáciles para pagar el recibo del agua, cuya factura se hace por tramos lo que propicia que una familia con tantos miembros –sólo con las duchas y una lavadora diaria– rebase el tramo, por lo que es penalizada multiplicando su factura. Si bien es cierto que tienen un 45% de descuento en el pago de la Seguridad Social al contratar una asistenta, claro que para eso hay que contratarla y no todas las familias pueden.
Asimismo, hay otros descuentos pero que encierran trampa. El caso más claro es el de la rebaja en la matriculación del coche siempre y cuando sea uno nuevo, pues no vale para los de segunda mano. Y claro, son muy pocas las familias numerosas que hoy puedan comprarse un coche nuevo.
En transporte hay descuentos en el abono transporte, pero en billetes sencillos, de ida y vuelta y bonos de 10 viajes solo aplican el descuento en Renfe.
En lo que respecta a la educación, los descuentos en las matrículas se aplican según la comunidad autónoma, además de que muchas veces la cuantía de la beca no cubre ni la mitad del gasto. Lo peor de todo es que desde el comienzo de la crisis económica no se han mantenido las ayudas: algunas se han rebajado y otras han desaparecido. Aunque lo que sí han actualizado son el pago de tasas por cosas que antes no se cobraba, como por ejemplo las tasas para expedir o renovar el título de familia numerosa y las tarjetas individuales.
Leyes nocivas
Llegados a este punto se entiende que cada vez haya menos familias numerosas. Pero la cosa no queda ahí. “Hay menos políticas familiares de apoyo y sostenimiento de la familia en general y a las familias numerosas en particular; hay mayor presión para que disminuyan los nacimientos por cuestiones laborales (sobre todo en el caso de la mujer), mayor presión social sobre las familias numerosas (no se puede atender a tantos niños, no hay dinero para sostener con unos mínimos a una familia numerosa,…) también influyen las leyes que regulan el divorcio (se rompen las familias) la del divorcio exprés y la Ley del Aborto”, reflexiona María. Otro dato desolador es que para equiparar las ayudas europeas a las familias en general, en España cada matrimonio tendría que tener una media de entre 13 y 25 hijos. Ahí es nada.
Actualmente en España tres de cada cuatro familias numerosas llega justa a final de mes e incluso un 34% tiene que gastar ahorros o contraer deudas para afrontar los gastos. En total, en nuestro país hay siete millones de personas pertenecientes a una familia numerosa repartidas en 1,3 millones de hogares.
La primera encuesta sobre la familia numerosa en España encargada por la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) recoge que sólo el 24,5% de las familias numerosas consigue ahorrar algo de dinero cada mes, frente al 34% de la población general. El nivel de ingresos de este colectivo coincide con el del conjunto de la población, con la salvedad de que hay que repartirlo entre más miembros. Así, el 63% de los hogares percibe más de 3.000 euros al mes; un 43,3% entre 1.501 y 3.000 euros; un 15% entre 901 y 1.500 euros, y un 4,7% cobra menos de 900 euros mensuales.
Además el 30,9% de las familias numerosas percibe entre 3.001 y 6.000 euros, mientras que sólo en un 6,1% de estos hogares con 5 miembros o más llevan a casa más de 6.000 euros (un 3,9% entre 6.001 y 9.000 euros y un 2,2% más de 9.000 euros). Las familias numerosas destinan la mayor parte de sus ingresos a gastos de alimentación, educación y farmacia, en comparación con el resto de los hogares, a costa de destinar menos a vivienda y ocio.
Los abuelos
En concreto, destinan el 29,8 % a alimentación, frente al 14,9% que destina el resto; un 14,1% lo dedican a la educación, mientras que los otros hogares destinan un 1,3%, y un 6,2% lo gastan en farmacia en comparación con el 3% del resto de la población. Sobre la estructura del hogar, la encuesta ha constatado que el tamaño de estas familias es de 5,4 miembros y el 68,2 de este colectivo tiene tres hijos y otro 26% cuatro o más, además de que la media de edad del mayor de los hijos es de 15,9 años. Asimismo, en el 90% de estos hogares conviven ambos progenitores y en un 5,3% de ellos reside alguno de los abuelos.